¿Qué es el transhumanismo? Explicación y ejemplos

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El futuro siempre ha sido aterrador. La ciencia ficción nos lo ha demostrado durante años, pero basta con pensar en nuestras angustias cotidianas relacionadas con lo que aún no sabemos, la forma en que evolucionará la vida, para descubrir los miedos a lo desconocido que nos espera. Sin embargo, junto a los que ven el futuro con miedo, hay muchos otros que miran al mundo por venir con optimismo, como un proceso de evolución en el que solo podemos mejorar. Y en el que seremos capaces de superar las dificultades y limitaciones del presente.

¿Qué es el transhumanismo?

El transhumanismo es probablemente una de las visiones más futuristas y valientes de cómo podría evolucionar la vida. Se trata de una serie de ideas, filosofías, análisis e investigaciones tecnológicas encaminadas a hacer evolucionar al ser humano hasta el punto de poder superar los límites mismos de nuestra condición humana: la posibilidad de vencer a la muerte y vivir para siempre, por ejemplo, o de tener capacidades intelectuales o físicas. La idea detrás de esta filosofía es que muy pronto los avances tecnológicos nos permitirán evolucionar hacia una nueva humanidad: una etapa intermedia entre el ser humano mortal que somos ahora y la siguiente etapa evolutiva, que supera la condición humana y viene a ser “post -humano”. Esto se ve como una continuación natural de nuestra evolución, que ya nos ha llevado a ser más que animales hace millones de años, y que en algún momento podría pasar a la siguiente fase de la evolución prevista para nosotros.

Es una red filosófica amplia y compleja que toca muchos aspectos. El transhumanismo se formó originalmente a principios de los años 90 y a lo largo de los años se ha presentado y elaborado el marco ideológico dentro del portal Humanity+. La idea principal que plantean los transhumanistas es que en algún momento tendremos la oportunidad de vivir para siempre, gracias al uso de futuras nanotecnologías que evitarán que envejezcamos. Junto a este poderosísimo cambio de perspectiva, existen varios otros, siempre ligados al avance de las tecnologías.

Vivir para siempre, ¿y qué más?

Una vez abierto el camino al uso de tecnologías de punta para superar los límites del ser humano, las posibilidades son múltiples. Por ejemplo:

  1. El uso de biotecnologías para adquirir capacidades físicas superiores, que, por ejemplo, evitarán que nos sintamos cansados, o nos permitirán ser más rápidos, más fuertes, más resistentes que hoy.
  2. La posibilidad de convertirnos en seres superinteligentes, gracias a las nuevas tecnologías que se pueden implantar en nuestro cerebro
  3. Independencia de ciertas emociones que nos pueden bloquear, como la tristeza, la frustración o la ira.
  4. La posibilidad de reproducirse de otra manera, para dar vida a seres superiores que no pueden enfermarse.
  5. La digitalización de nuestro cerebro al transportarlo a una computadora (el llamado uploading), con nuestros recuerdos, nuestro carácter, nuestros pensamientos y básicamente nuestra identidad, para existir mentalmente para siempre, fuera de nuestro cuerpo terrenal.


Evidentemente estamos hablando de tecnologías que aún no existen, pero que pronto podrían empezar a estar disponibles. Los más optimistas hablan de 20 o 30 años necesarios para que se den los primeros pasos en esta dirección, mientras que otros piensan que aún pueda tardar un siglo.

Cuestiones morales y estudios contemporáneos

Obviamente, hay cuestiones morales, sociales y éticas importantes que deben abordarse, y la propia comunidad transhumanista es consciente de ello. Vivir para siempre implica la necesidad de resolver un problema de sobrepoblación planetaria que se avecina, por ejemplo. Además, las tecnologías de las que estamos hablando pueden ser muy riesgosas y básicamente conllevan el riesgo de extinción, riesgo que debe evaluarse cuidadosamente antes de avanzar en esta dirección. La ética obviamente nos impulsa a preguntarnos hasta dónde podemos esforzarnos para superar las leyes de la naturaleza, que nos ha hecho mortales, con límites y capaces de sentir emociones. Para los transhumanistas, “natural” no necesariamente coincide con “justo” o “correcto”, por lo que detrás de esta filosofía todavía hay un fuerte impulso para no considerar los límites humanos como algo esencial y característico del proprio ser humano.

El largo y detallado FAQ de Humanity+ aborda todos estos aspectos ofreciendo una respuesta compartida por los intelectuales de la comunidad de forma actualizada. Y también explica lo que es posible hacer ahora mismo, para aquellos que ya quisieran proyectarse en la posibilidad de convertirse en transhumanos. Lo que sí es posible hacer ahora de forma práctica, sugerida como posibilidad por transhumanistas convencidos, es no desistir de la idea de que estas tecnologías podrían estar fuera de nuestro alcance, porque llegarán después de nuestra muerte. Para superar este problema, una posibilidad es la de la criónica: “congelar” (o mejor dicho, criopreservar) nuestro cuerpo en hidrógeno líquido, a -196 °C, y esperar pacientemente a que la tecnología sea lo suficientemente madura como para traernos de vuelta a la vida. Todo ello suponiendo que la criopreservación no altere de forma irreversible nuestras funciones vitales, que nuestras funciones cerebrales se “reinicien” con normalidad tras salir de la hibernación y que las tecnologías sean capaces de llevarnos al nuevo estadio transhumano sin efectos secundarios. Todas suposiciones que aún no han sido probadas, por supuesto. Pero aquellos que ven el futuro con optimismo imaginan que en algún momento todas las preguntas estarán resueltas.

La criónica como posibilidad de “prolongar la propia vida más allá de la muerte” ya la venden como posible por ejemplo los de Alcor, la fundación activa desde los años 70 que permite la criopreservación de cadáveres después de que sea declarada la muerte (porque antes -hasta ahora- la ley no lo permite). El acceso a esta posibilidad ya está al alcance de todos, por un precio mínimo de 200.000 dólares si se quiere conservar el cuerpo entero, o de 80.000 dólares si se limita a la opción de la neurosuspensión, es decir, congelar solo la cabeza (por lo tanto, el cerebro) fuera del cuerpo.

Conclusiones

Para muchos se trata de una serie de ideas tan avanzadas y agresivas con el orden natural de las cosas que representan un verdadero peligro para la raza humana, que conviene frenar cuanto antes. Esta eventualidad también es discutida dentro de la comunidad de transhumanistas, como una posibilidad de interrumpir la búsqueda de lo que presenta riesgos concretos de extinción de nuestra especie. No obstante, el optimismo hacia el futuro empuja a los líderes del sector a seguir creyendo (y apostando) en el transhumanismo como posibilidad de evolución futura, no tan lejana. Manteniendo la posibilidad de la libre elección de cada individuo y confiando en que no debe haber conflicto social entre los seres humanos normales y los seres post-humanos por venir.

Escritores distópicos del pasado como Aldous Huxley, Philip K. Dick o Isaac Asimov obviamente se horrorizarían ante la idea de que siquiera una de estas cosas cobrara vida, y sus escritos tenían la intención de advertirnos en todos los sentidos de lo que podría suceder. Por otro lado, importantes figuras de la actualidad como el propietario de Amazon, Jeff Bezos, o el cofundador de Google, Larry Page, ya han invertido enormes sumas en investigaciones relacionadas con el transhumanismo. Lo que sucederá, lo sabremos en unas pocas décadas.